Just-in-Time (JIT) es una estrategia de producción y gestión de inventario en la que los materiales y productos llegan justo cuando se necesitan. El objetivo es evitar tener inventario innecesario.
El JIT se basa en un conjunto de técnicas y prácticas, tales como:
- Suministrar exactamente lo que se necesita
- Mantener la calidad requerida
Aplicar el JIT puede ser más difícil en ciertos sectores. Por ejemplo, las tiendas minoristas suelen necesitar mantener inventario para ofrecer opciones al cliente. En estos casos, el JIT no es adecuado. Sin embargo, en ventas por correo donde el producto es estándar, el JIT puede ser muy eficaz.
Algunas empresas minoristas aplican el JIT mediante acuerdos con proveedores de dropshipping. Un ejemplo es una empresa que vende muebles de oficina pero no los fabrica ni almacena. Cuando recibe un pedido, compra el mueble al fabricante, quien lo envía directamente al cliente.
Las empresas ideales para aplicar JIT suelen tener estas características:
- Gama de productos limitada
- Fabricante propio
- Alto volumen de producción
- Demanda estable
- Influencia sobre los proveedores
- Gestión de calidad efectiva
- Proveedores locales y confiables
- Alta dependencia de los proveedores
- Ciclos de producción rápidos
Los beneficios del JIT incluyen:
- Menor inversión en inventario
- Producción bajo pedido en lugar de para almacenar
- Mejores previsiones y menos productos obsoletos
- Mayor flexibilidad operativa
- Administración simplificada
- Reducción de desperdicios
Sin embargo, el JIT también tiene desventajas. Una interrupción en la cadena de suministro puede detener la producción si los materiales no llegan a tiempo. Un aumento inesperado de la demanda puede retrasar las entregas si el sistema no está preparado.
“Mantener inventario demuestra que no tenemos control.”